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SOY MUJER, SOY REALIDAD


La realidad nos demuestra que cuando algo no se nombra es porque no existe. Por eso cuando a las mujeres se nos esconde en el plural masculino, nos desaparecen, nos hacen invisibles. El lenguaje sexista consiste en utilizar el genérico masculino para nombrar a los hombres y a las mujeres. Por ejemplo:

Todos somos valiosos (leguaje sexista). Debería decirse “todas las personas somos valiosas”

Los hombres son importantes para el Estado (lenguaje sexista). Debería decirse: “Hombres y mujeres son importantes para el Estado”.

Algunos medios argumentan que utilizan ese tipo de lenguaje para economizar tiempo y espacio. Desde ese punto de vista entonces también podrían decir: “Todas las mujeres son valiosas” y así quedaría sobreentendido, que se incluye a los hombres también.

Es importante mencionar lo femenino y lo masculino, no como algo excluyente sino más bien complementario. Es una lástima por ejemplo que cuando se hacen las políticas públicas o los proyectos y se redactan en el plural masculino, no se revela las necesidades propias de las mujeres y las niñas. Por ejemplo no es lo mismo hacer un curso de capacitación en horarios de la mañana donde la mayor parte de las mujeres se encuentran cocinando, atendiendo las tareas de la casa, que programar en horarios de la tarde donde ellas ya están un poco más libres y puedan asistir.

Por haber usado el lenguaje sexista cuántas heroínas han quedado invisibilizadas en la historia. Yo personalmente no creo que las mujeres hayan estado ausentes en las luchas por la libertad, por las injusticias. No creo que en esa época hayan existido sólo hombres. Una tremenda injusticia que se cometió con las valerosas mujeres.

El uso del lenguaje sexista contribuye a crear condiciones que promueven la desigualdad y la exclusión de género. El leguaje es muy importante porque nos permite comunicarnos y, a través de él, se transmiten valores, creencias, comportamientos, reproducimos prejuicios y estereotipos discriminatorios. Hay algunas frases sexistas que se reproducen de generación en generación como:

1. “Más me pegas, más te quiero”

2. “El hombre en cualquier lugar cae bien parado”

3. “Tres hijas y una madre, cuatro diablos para el padre”

4. “El hombre es de la calle, la mujer de su casa”

No nos sentimos representadas cuando se nos dice “los ciudadanos”, “los contribuyentes”, “los hijos”, “los empresarios”, etc. Exigimos que se nos nombre para que se nos visibilice en nuestros derechos, en la historia, en los proyectos, en la asignación de recursos, en la toma de decisiones, en la igualdad de oportunidades.

En el Gobierno Regional hay una Ordenanza de más de seis años de existencia sobre el uso del lenguaje inclusivo en las instituciones públicas de la región Huánuco, sin embargo, ha quedado como una norma de “letra muerta” pues nunca se aplicó. Erradicar el lenguaje sexista de la administración público mejorará las relaciones internas y con la ciudadanía. Se requiere también de una capacitación al personal para que el lenguaje inclusivo sea una forma oficial de comunicarse y con ello se garantice el enfoque de género en toda su documentación, instrumentos de gestión y distribución de los recursos, para el ejercicio de un buen gobierno democrático.

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