Beneficio para el desarrollo: Varios estudios sugieren que contar con mujeres en los órganos de toma de decisión en el sector público conduce a mejores resultados para el desarrollo ya que tienen diferentes preferencias respecto a la asignación de recursos públicos y las prioridades legislativas.Por
ejemplo, un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) en 2014, titulado “¿Necesitamos más mujeres en el poder?”,
resaltó el caso Boliviano en el cual se comparaba la inversión municipal aprobada por un hombre y por una mujer.
Los resultados tuvieron un gran impacto. Entre 2005 y 2008 (el periodo de prueba) se reportó que la inversión social (salud, educación, protección social, infraestructura básica como alcantarillados y acueductos) realizado por las mujeres fue hasta 4 veces superior respecto a un mismo periodo de administración de los hombres,
quienes observan la inversión en gasto no social como vías, inversiones
productivas, seguridad y servicio, mucho más atractiva.
Para resaltar, la inversión para educación y salud fue de 4 y 6 veces respectivamente superior en la administración femenina. Además, el gasto social per cápita aumentó considerablemente.
También en India se realizó un estudio publicado en 2014 por el American Economic Journal titulado “Health and the Political Agency of Women”, en el cual se concluyó que un aumento del 10% en la participación de las mujeres en los cargos públicos puede resultar en la reducción de hasta 2,1 puntos porcentuales en la muertes neonatales.
Entre más mejor
Asimismo, se ha comprobado que la inclusión de mujeres en los espacios de toma de decisión también tiene un impacto significativo en las actitudes hacia ellas y su empoderamiento.
Por un lado, un artículo realizado por Rikhil R. Bhavnan de la Universidad de Stanford, afirma que los mecanismos de participación política de las mujeres incrementan la aceptación de candidatas y de dirigentes políticos femeninos por parte de los votantes.
En segundo lugar, la participación política de mujeres electas reduce prejuicios y estereotipos negativos sobre su eficacia en puestos de liderazgo. Inclusive, la exposición a mujeres líderes influye en las aspiraciones profesionales y el desempeño escolar de niñas y adolescentes como lo muestra un informe titulado “Female Leadership Raises Aspirations and Educational Attainment for Girls” publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
¿Qué falta por hacer?
Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID, afirma que “a pesar de la evidencia sobre los beneficios de la incorporación de más mujeres a los órganos de toma de decisión en el sector público, las estadísticas siguen presentando un panorama sombrío”.
Según el BID, las estadísticas de inclusión femenina en cargos administrativos en la región, a pesar de su aumento en las últimas dos décadas, aún tienen un amplio margen de mejora.
En América latina, en la actualidad:
1. Las mujeres representan más del 50% de la población de la zona y, sin embargo, sóloocupan el 25% de los escaños legislativos y el 19% de las presidencias de los comités parlamentarios.
2. Cinco mujeres ocupan actualmente el más alto cargo electo. A pesar de ser el mayor número de la historia, todavía representan menos del 20% de los jefes de estado. En cuanto a puestos ministeriales, su presencia es ligeramente superior al 23%.
3. Las mujeres ocupan sólo el 9% de las alcaldías y representan el 22% de los miembros de los consejos municipales.
4. Las mujeres ocupan alrededor del 50% de los puestos del sector público, pero sólo el 20% de los de alto rango. Y eso a pesar de que las empleadas públicas tienen un 40% más probabilidad de tener una educación universitaria que sus colegas masculinos.
Fuente: www.wim-network.org
Para resaltar, la inversión para educación y salud fue de 4 y 6 veces respectivamente superior en la administración femenina. Además, el gasto social per cápita aumentó considerablemente.
También en India se realizó un estudio publicado en 2014 por el American Economic Journal titulado “Health and the Political Agency of Women”, en el cual se concluyó que un aumento del 10% en la participación de las mujeres en los cargos públicos puede resultar en la reducción de hasta 2,1 puntos porcentuales en la muertes neonatales.
Entre más mejor
Asimismo, se ha comprobado que la inclusión de mujeres en los espacios de toma de decisión también tiene un impacto significativo en las actitudes hacia ellas y su empoderamiento.
Por un lado, un artículo realizado por Rikhil R. Bhavnan de la Universidad de Stanford, afirma que los mecanismos de participación política de las mujeres incrementan la aceptación de candidatas y de dirigentes políticos femeninos por parte de los votantes.
En segundo lugar, la participación política de mujeres electas reduce prejuicios y estereotipos negativos sobre su eficacia en puestos de liderazgo. Inclusive, la exposición a mujeres líderes influye en las aspiraciones profesionales y el desempeño escolar de niñas y adolescentes como lo muestra un informe titulado “Female Leadership Raises Aspirations and Educational Attainment for Girls” publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
¿Qué falta por hacer?
Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID, afirma que “a pesar de la evidencia sobre los beneficios de la incorporación de más mujeres a los órganos de toma de decisión en el sector público, las estadísticas siguen presentando un panorama sombrío”.
Según el BID, las estadísticas de inclusión femenina en cargos administrativos en la región, a pesar de su aumento en las últimas dos décadas, aún tienen un amplio margen de mejora.
En América latina, en la actualidad:
1. Las mujeres representan más del 50% de la población de la zona y, sin embargo, sóloocupan el 25% de los escaños legislativos y el 19% de las presidencias de los comités parlamentarios.
2. Cinco mujeres ocupan actualmente el más alto cargo electo. A pesar de ser el mayor número de la historia, todavía representan menos del 20% de los jefes de estado. En cuanto a puestos ministeriales, su presencia es ligeramente superior al 23%.
3. Las mujeres ocupan sólo el 9% de las alcaldías y representan el 22% de los miembros de los consejos municipales.
4. Las mujeres ocupan alrededor del 50% de los puestos del sector público, pero sólo el 20% de los de alto rango. Y eso a pesar de que las empleadas públicas tienen un 40% más probabilidad de tener una educación universitaria que sus colegas masculinos.
Fuente: www.wim-network.org
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