Si bien los celulares han
solucionado parte de los problemas de comunicación, distancias y tiempos,
también se han vuelto un gran problema en nuestras vidas, que puede generar
incomunicación entre las personas presentes.
Un día cualquiera, observé a un
grupo de personas que estaban sentadas esperando ser atendidas en una
institución pública. Ninguna conversaba entre ellas, probablemente no se
conocían. La mayoría tenía un celular en la mano. Algunos intentando llamar a
alguien, otros concentrados en algún juego y los menos, revisando sus correos. De
alguna manera, todos evitan el contacto visual entre ellos. Están cerca y al
mismo tiempo tan distantes.
El otro día también estuve en un
restaurante, departiendo alegremente con dos amigas. En la mesa de al lado un
buen grupo de personas, aparentemente compañeros de trabajo celebraban el cumpleaños
de uno de ellos; poco a poco esa gran
mesa se iba llenando. Cada vez que llegaba alguien lo aplaudían y éste se
incorporaba alegremente al grupo.
Todo iba muy bien hasta que el
celular de uno de ellos timbró. Él contestó desde el lugar que ocupaba en la
mesa. Hablaba en voz alta. De pronto todos sus compañeros callaron para no
entorpecer la comunicación. El problema es que fue una conversación larga y la
algarabía inicial se fue tornando en mutismo de los compañeros. Sólo se
escuchaba al que hablaba por el celular. Cuando trajeron la comida, él seguía
hablando sin percibir la incomodidad que estaba generando. Los demás empezaron
a comer en silencio, incómodos por la situación.
A veces no nos damos cuenta de la
mala actitud que tenemos al contestar el teléfono. Creo que ya es urgente
contar con un manual relacionado al uso del celular, ya que éste forma parte de
nuestras vidas. Si estamos en reunión y contestamos el teléfono, debemos
alejarnos del grupo, para que ellos puedan seguir conversando. Caemos en
impertinencia cuando hablamos delante de nuestros amigos o familiares,
interrumpiendo la conversación fluida entre ellos, incomodándolos. Nada nos cuesta alejarnos por un momento y si
ponemos el celular en vibrador mucho mejor.
Actualmente los celulares cuentan
con servicio de internet, de tal manera que podemos ver los mensajes que nos
van llegando a tiempo real. Esto también se ha convertido en un gran problema
de incomunicación entre las personas que estamos cerca. Tengo familiares y
amigos que cuando estamos reunidos siempre están llevando el celular en la mano
y están pendientes de sus correos y mensajes.
Físicamente están presentes, pero
al parecer nuestra compañía y conversación no es tan relevante como los
mensajes que van recibiendo. Están y no están presentes. La verdad es que es
una situación incómoda a la que nos debemos ir acostumbrando, en vista que ésta
es una tendencia moderna y que no va para atrás.
A veces pienso que es mucho más
cómodo, especialmente para los jóvenes, mantener comunicación virtual a través
del celular con sus amigos y familiares que tenerla de manera presencial, con
amigos y familiares de carne y hueso.
El celular, Oh! Divino invento de
la tecnología. ¡Cuánto ha cambiado nuestras vidas!
Foto: www.enlineadirecta.info
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