Son muchas las necesidades y demandas que la población hace a las nuevas autoridades electas y se les exigirá que cumplan sus promesas electorales.
Pero antes analicemos cual es la situación que les espera a los alcaldes y alcaldesas y si están dispuestos a poner orden, aún sacrificando su popularidad.
Un tránsito caótico, con paraderos informales que ocupan media pista para estacionarse, creando congestionamiento vehicular y sin respeto al reglamento de tránsito. Por ahora que sigan así, son votos que se perderían si se pone orden.
Un mercado central saturado de vendedores informales. Invaden las calles a tal punto que los transeúntes tenemos que bajarnos de la vereda porque ya no hay espacio por donde caminar, con el riesgo de ser atropellados.
Bares y cantinas al por mayor, con los insoportables ruidos de canciones tocadas en alto volumen hasta el amanecer con escándalos y peleas callejeras, expendiendo licor incluso a menores de edad.
Autos y mototaxis usando balones de gas para las cocinas y no los que están reglamentados especialmente para ellos, con los riesgos y peligros que ello representan.
Motociclistas manejando sin chalecos ni cascos, a veces en estado de ebriedad o llevando a la esposa y hasta tres hijos pequeños en la moto, porque primero está la economía antes que la seguridad de quienes están sobre la motocicleta. El reglamento permite hasta máximo dos personas por moto, sin embargo hay muchas personas que no cumplen esto y ninguna autoridad dice nada.
Aumento de la delincuencia, que van desde el robo al paso de carteras y celulares, hasta los asaltos a mano armada con ingreso a los negocios o esperando a las víctimas a la salida de los bancos.
Pistas y veredas en mal estado, muchas de ellas ya llevan varias décadas en que ningún alcalde o alcaldesa se acordó de repararlas, ocasionando caídas de niños y ancianos.
Escupir y orinar en la calle es algo muy común y se seguirá dando no sólo porque las personas tengan malos hábitos, sino porque no hay suficientes baños públicos y los que hay son particulares, en los que hay que pagar para usarlo, cuando la realidad nos demuestra que hay muchas personas que no tienen dinero ni para comprarse un pan.
Los Alcaldes y Alcaldesas deben ejercer el cargo con una mirada no solo para obras de infraestructuras, carreteras, veredas o plazas. Una ciudad o región se desarrolla en la medida que sus autoridades invierten en educación, cultura, promueve el arte en sus diversas expresiones y se preocupan por el orden y seguridad de sus habitantes. Necesitamos autoridades con una visión moderna donde el eje central de desarrollo sean las personas y no los fierros y cemento.
Pero antes analicemos cual es la situación que les espera a los alcaldes y alcaldesas y si están dispuestos a poner orden, aún sacrificando su popularidad.
Un tránsito caótico, con paraderos informales que ocupan media pista para estacionarse, creando congestionamiento vehicular y sin respeto al reglamento de tránsito. Por ahora que sigan así, son votos que se perderían si se pone orden.
Un mercado central saturado de vendedores informales. Invaden las calles a tal punto que los transeúntes tenemos que bajarnos de la vereda porque ya no hay espacio por donde caminar, con el riesgo de ser atropellados.
Bares y cantinas al por mayor, con los insoportables ruidos de canciones tocadas en alto volumen hasta el amanecer con escándalos y peleas callejeras, expendiendo licor incluso a menores de edad.
Autos y mototaxis usando balones de gas para las cocinas y no los que están reglamentados especialmente para ellos, con los riesgos y peligros que ello representan.
Motociclistas manejando sin chalecos ni cascos, a veces en estado de ebriedad o llevando a la esposa y hasta tres hijos pequeños en la moto, porque primero está la economía antes que la seguridad de quienes están sobre la motocicleta. El reglamento permite hasta máximo dos personas por moto, sin embargo hay muchas personas que no cumplen esto y ninguna autoridad dice nada.
Aumento de la delincuencia, que van desde el robo al paso de carteras y celulares, hasta los asaltos a mano armada con ingreso a los negocios o esperando a las víctimas a la salida de los bancos.
Pistas y veredas en mal estado, muchas de ellas ya llevan varias décadas en que ningún alcalde o alcaldesa se acordó de repararlas, ocasionando caídas de niños y ancianos.
Escupir y orinar en la calle es algo muy común y se seguirá dando no sólo porque las personas tengan malos hábitos, sino porque no hay suficientes baños públicos y los que hay son particulares, en los que hay que pagar para usarlo, cuando la realidad nos demuestra que hay muchas personas que no tienen dinero ni para comprarse un pan.
Los Alcaldes y Alcaldesas deben ejercer el cargo con una mirada no solo para obras de infraestructuras, carreteras, veredas o plazas. Una ciudad o región se desarrolla en la medida que sus autoridades invierten en educación, cultura, promueve el arte en sus diversas expresiones y se preocupan por el orden y seguridad de sus habitantes. Necesitamos autoridades con una visión moderna donde el eje central de desarrollo sean las personas y no los fierros y cemento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario