Estamos próximos a conmemorar el
25 de Noviembre, un aniversario más del “Día de la eliminación de la violencia
hacia la Mujer”, un día muy importante para las familias. Sin embargo no es un
día para celebrar, es un día para reflexionar.
Mientras siga habiendo violencia
en los hogares, mientras las mujeres sean las principales víctimas de
discriminación, las organizaciones de mujeres seguiremos manteniéndonos firmes
en las actividades para llamar la atención del Estado y de la población en
general.
¿Cómo ser indiferentes ante
tantas muertes de mujeres en manos de sus agresores?, aquellos hombres que
algún día las amaron o creyeron amarlas. Cómo seguir siendo indiferentes ante
la orfandad y desamparo que quedan niños y niñas inocentes, que vivieron muchos
años presenciando los maltratos que sus padres hacían delante de ellos a sus
madres. Estos niños son testigos mudos y temerosos de la violencia ejercida
hacia su madre, por aquel padre que aman, pero que también temen y que desearían
en muchos casos, que él no regresara a casa por no ver sufrir m{as a su madre.
Cuántas veces hemos callado esa
violencia dentro de nuestro hogar, el lugar más bello y seguro que debería ser
para las familias, muchas veces convertido en un lugar de horror.
Cuánto olvido e indiferencia por
parte del Estado, que no invierte los recursos necesarios para trabajar en
prevención de la violencia, en desarrollar programas educativos para ir
adoptando nuevos estilos de vida, cambio de patrones socio culturales
orientados a reivindicar el rol de la mujer y a desterrar todas las costumbres
y tradiciones que la posterguen, discriminen y le resten oportunidades para
superarse y realizarse como persona.
Existen organizaciones de mujeres
que trabajamos en la prevención de la violencia hacia la mujer. Sin embargo, a
nivel de sociedad hay desconfianza del trabajo que venimos realizando, es más
hay cuestionamientos, como por ejemplo: ¿Por qué si existen estas
organizaciones de mujeres, la violencia hacia las mujeres se ha ido aumentando
¿Qué están haciendo estas organizaciones?
Creo imperioso aclarar este
punto. Muchas de las organizaciones que trabajan la problemática de la mujer,
lo hacemos totalmente ad honorem, es decir, no tenemos ningún ingreso económico
por este trabajo preventivo que realizamos. Es más podemos afirmar que en
algunos casos, tenemos que sacar de nuestro propio bolsillo para realizar las
actividades.
Existen otras organizaciones que
en los momentos que están ejecutando algún proyecto relacionado con el tema de
violencia hacia la mujer, cumplen el rol de facilitadores en la prevención de
la violencia, mediante charlas de sensibilización e información sobre sus
derechos a una vida libre de violencia, al ejercicio de sus derechos como
ciudadana, a empoderarlas para que se involucren en la problemática de su comunidad
y a la toma de decisiones. Asimismo hacemos seguimiento a los casos que están
judicializados, para que de cierta forma, procurar que los procesos no sean
archivados descaradamente.
No hay que confundir. Las
organizaciones de la sociedad civil que trabajamos en la problemática de
la mujer, no somos Policías, ni Fiscales,
ni Jueces. Nosotras no administramos justicia. No es nuestra potestad. De allí
la confusión, incluso de algunos medios de comunicación, que desconociendo
nuestros roles, nos hacen cuestionamientos.
También es necesario comentar que
no trabajamos sólo por el 25 de noviembre. Nuestro trabajo es silencioso y lo
realizamos durante todo el año, pero que consideramos necesario hacerlo visible
en esta fecha para que las autoridades fijen sus ojos y sus presupuestos en
acciones de prevención. La solución no está en sólo poner penas más duras a los
agresores. Lo que se quiere es evitar que existan esas agresiones, y eso solo
se dará con un trabajo articulado entre el Estado y la sociedad civil, desde las escuelas, pero sobre todo que
exista una verdadera voluntad política para acabar con este mal.
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