A LOS HOMBRES SE LES CONQUISTA POR EL ESTÓMAGO…

Mg. Teresa Chara de los Rios

Mi abuela siempre me decía que “al hombre se le conquista por el estómago”, eso significaba que las mujeres teníamos que saber cocinar para poder atraer a la pareja y tener esperanzas que nos pida en matrimonio. Por ello las recetas pasaban de generación en generación, guardando bajo siete llaves los secretitos de las recetas, eran las “recetas de familia”.

Antes nuestras abuelas tenían que cocinar para el almuerzo y volver a cocinar para la cena, que iba desde la sopa, el segundo y el postre. Cocina que te cocina nuestras abuelas, no tenían tiempo para ellas, me imagino el olor a aderezo que llevaban a su paso.

Las mujeres eran muy apreciadas por los potajes que preparaban y cuando querían halagar a alguien, se esmeraban en prepararlos. La comida siempre se ha relacionado con la demostración de cariño y aprecio, casi sin darnos cuenta es una buena aliada es nuestras vidas.

Cuando cumplimos años, pensamos en que comida vamos a preparar para nuestros invitados. Lo mismo sucede en los bautizos, primera comunión, quince años, aniversario de bodas, cuando nos graduamos o cualquier otra celebración.

Cuando nos casamos también pensamos en cual va a ser la comida, si va a ser buffet o plato único. Si se va a pagar a medias con la familia del novio o lo va a asumir alguna de las partes. Este siempre es un tema delicado entre las parejas y que si no se sabe manejar con cautela, puede acabar en un desastre.

Hasta en los velorios está presente la comida. Nos preocupamos en lo que vamos a dar de comer a quienes nos están acompañando, que va desde el cafecito, galletas, caramelos, coca, cigarros, hasta el caldo de gallina, no importa si se come delante del difunto.

Incluso en el campo empresarial nos invitan a los desayunos empresariales, desayunos de trabajo, almuerzos de trabajo, siempre la comida presente.

Hay algunos estudios que indican que el estómago del hombre está directamente relacionado con sus apetencias sexuales y lo que comen y cómo lo comen. La comida tiene una relación directa con nuestras hormonas, con nuestras energías que son los factores influyentes en nuestras relaciones sexuales.

Cuando estamos apagados, sin ánimos de hacer las cosas, es probable que no tengamos apetito o que la comida nos parezca insulsa. Pero cuando estamos animados, “con las pilas puestas”, apetecemos platos más elaborados, complejos y de sabores fuertes, hasta los llamados afrodisíacos.

Cuando nos gusta una persona, la invitamos a tomar un café o cerveza, obviamente acompañado de alguna comida.

Cuando queremos hacer sentir a esa persona que es especial, le invitamos o preparamos una cena romántica acompañada de velas o de luces tenues.

Cuando queremos halagar a alguien o engreírla, no hay mejor idea que la de prepararle su plato preferido.

A los hombres se les conquista por el estomago…¡ y a las mujeres también! pero sobre todo, cuando nos invitan.