Iniciamos un nuevo año y no podemos evitar hacer un balance de las cosas positivas y negativas que nos sucedieron. Habrán muchas cosas que al inicio del año pasado nos propusimos hacer pero no logramos cumplirlas durante el año, como por ejemplo: aprender natación, estudiar un curso o diplomado o emprender ese negocio soñado.
Al hacer esta evaluación, procuremos no ser muy duros con nosotros mismos. Pensar que quizás esas metas que nos trazamos fueron muy altas o poco realizables.
Lo importante es trazarnos metas a las que con razonable esfuerzo y dedicación podamos alcanzar. Lo primero que debemos hacer es mentalizar cómo queremos vernos en el futuro y a partir de allí trazar estrategias para que ello ocurra.
Generalmente estudiamos cómo hacer un plan de negocios, pero pocas veces nos enseñan lo principal, cómo hacer un plan de vida. Si nosotros no tenemos un norte que seguir, es probable que andemos dando tumbos hasta que finalice un año más de nuestras vidas, sin haber logrado aquello que anhelamos. Recuerden el cuento de “Alicia en el país de las maravillas” donde ella le pregunta al gato “¿qué camino debo seguir” y él le responde – “depende hacia dónde quieres llegar” - y ella le contesta - “No me importa mucho a dónde” - entonces el gato le dice: “cualquier camino que tomes estará bien”.
Este breve diálogo de estos dos personajes nos demuestra que nos pasamos la vida desorientados, queriendo hacer muchas cosas, obtener beneficios, pero lamentablemente no trabajamos para que esto ocurra, porque nos quedamos sólo en el deseo, en la buena voluntad, pero no pasamos a la acción que implica constancia, disciplina y sacrificios.
Debemos escribir en un cuaderno, al lado izquierdo todas nuestras debilidades y al lado derecho todas nuestras fortalezas. Comprobaremos que las debilidades que hallaremos en nosotros son muy pocas y nuestras fortalezas serán muchas. Yo no quiero bajar la autoestima a ninguna persona, pero sucede que a veces nos engañamos a nosotros mismos, porque no percibimos nuestras propias debilidades pero siempre estamos viendo las debilidades en los otros.
Es necesario que consultemos a las personas que nos conocen bien, sobre la percepción que tienen de nosotros. Para ello se recomienda que busquemos a personas que sean sinceras y que nos estimen. No debemos recurrir a personas mal intencionadas que nos destruyan anímicamente con duras y exageradas críticas, sino que nos hagan ver esas debilidades que perciben, para que podamos superarlas.
Ahora bien, llegó el momento de proyectarnos con nuestras fortalezas y debilidades hacia dónde queremos llegar y en qué tiempo. Esto es sumamente importante porque debemos ir anotando los logros que vamos obteniendo poco a poco, sin desesperarse y evaluando los resultados, corrigiendo en el momento algunos errores que se puedan ir cometiendo. No olvidemos que las metas deben ser pequeñas y realizables. A veces nos ponemos metas que de antemano sabemos que no se van a poder realizar.
La importancia de hacer un plan de vida es medir nuestro avance. No debemos empezar un año nuevo quedándonos en el pasado, lamentándonos de lo que no logramos. Siempre es reconfortante avanzar y obtener pequeños logros que nos llevarán a ese gran objetivo de vida que nos hemos trazado.
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