Hace unos días me senté a tomar un cafecito en un conocido restaurante huanuqueño. Mientras esperaba que me sirvieran, mire a mí alrededor. Casi todas las mesas estaban llenas, pero me llamó la atención una de ellas que estaba casi al rincón, donde la luz llegaba tenue. Estaban dos mujeres jóvenes sentadas tomadas de la mano y sus miradas decían lo mucho que se amaban. Esos gestos evidentes que delatan a una pareja y que aún sin pronunciar palabras, sabes que están profundamente enamoradas.
De rato en rato miraban nerviosamente a su alrededor para ver si alguien las estaba mirando con censura. En algún momento cruzamos miradas y yo les sonreí. Creo que comprendieron que tomaba su relación como algo natural. Llegó el cafecito y me olvidé de ellas. Después de varios días me recordé de ellas y consideré necesario hablar del tema.
¿Qué es la lesbifobia o lesbiofobia?
Empezaremos con la palabra lesbiana, que significa que a una mujer se siente atraída para tener relaciones afectivas y/o sexuales con personas de su mismo sexo, es decir con otras mujeres (conducta sexual, deseo sexual e identidad sexual).
Ahora bien, la lesbifobia es la discriminación sexista hacia las mujeres lesbianas.
Gran parte de la sociedad todavía no acepta este tipo de relaciones, consideran a las lesbianas enfermas mentales o inmorales. Cuando leemos algunos libros sobre el tema, nos podemos dar cuenta que a través de la historia siempre se han dado las relaciones lésbicas. En algunas culturas más aceptadas que en otras.
Ellas también sienten mucha presión al tener que ocultar su relación y mostrar abiertamente sus sentimientos, porque saben que su relación no será fácilmente aceptada, incluso por sus familiares y amigos más cercanos.
Yo conozco muy de cerca a una mujer lesbiana, es mi amiga y la admiro, no por su orientación sexual, sino por su inteligencia y por su sensibilidad humana, Sin embargo, también sé de su sufrimiento y de las veces que ha pretendido iniciar una relación heterosexual para ser “una mujer normal”. No ha dado resultados, no está en su naturaleza. El problema empieza por nosotros, empieza por ver el lesbianismo como un problema o como algo “anormal”.
No tenemos datos estadísticos sobre la homosexualidad en general. Hay una realidad que poco se menciona y es que hay hombres y mujeres que durante toda su vida no se han definido sexualmente, se sienten confusas y mantienen relaciones sexuales con mujeres y hombres.
En una comunidad, no muy lejana de Huánuco, a una joven mujer lesbiana, la habían violado tres hombres, con la errónea idea que si “probaba macho” le iba a gustar y se “arreglaría”. Esto nos demuestra el gran desconocimiento que tienen las personas sobre el tema.
Las personas lesbianas tienen una gran necesidad de afecto y de aceptación social, de disfrutar la vida, de crecer en lo personal, de vivir su sexualidad sin censuras. Seamos tolerantes y tratemos de no discriminar a las personas por su orientación sexual.
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