English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

¿QUIÉN TIENE LA CULPA?


Nuevamente una desgracia ocurrida en una casa que funcionaba como centro de rehabilitación de personas con problemas de drogas, pone en tapete la deficiente atención del Estado en el problema de la drogadicción en el Perú.

Ha tenido que producirse un incendio y fallecer 27 personas para que autoridades, políticos y sociedad en general pongamos atención y empecemos a debatir sobre esta problemática.

Aquí se viene jugando al gran bonetón. Los medios de comunicación levantan la noticia. El propietario está detenido, su hijo se encuentra dentro de los 27 fallecidos. El Alcalde de San Juan de Lurigancho le echa la culpa a la Municipalidad de Lima por no atender la salud primaria. El Ministro de Salud responsabiliza a la Municipalidad de San Juan de Lurigancho por permitir que funcione un centro que estaba clausurado. En fin es una suerte de echarse la culpa el uno al otro, lavarse las manos, pero el problema de la drogadicción sigue creciendo.

Según Devida existe un informe técnico, de carácter interno, que fue entregado al Minsa en el año 2010, en el que se informó que el 80% de los centros de rehabilitación eran totalmente informales, sin los permisos correspondientes. Asimismo se informó que la mayoría de estos locales estaban ubicados en el distrito de San Juan de Lurigancho, Lima.

Estos centros al ser informales no cuentan con los especialistas como personal médico y psicólogos. Usan la oración como medio espiritual de sanación y en otros casos utilizan las tareas forzadas y los castigos para dominar a los enfermos, quienes sólo piensan en la forma de como huir de estos centros.

Hemos podido observar en las imágenes que nos presenta la televisión que la casa siniestrada, tenía rejas por todos lados y estaban todas las puertas con llaves. Obviamente de las condiciones de la infraestructura y mobiliario dejaba mucho que desear después del incendio, pero que nos permite analizar que no estaban en las mejores condiciones para ser un centro de rehabilitación.

Veamos, si usted tuviera en su familia, una persona que ha caído en drogas, ¿dónde lo llevaría?

La respuesta no es fácil, porque los centros de rehabilitación mayormente se encuentran en Lima y son costosos. Eso le representa gastos extras fuera de su presupuesto familiar. De pronto alguien le comenta de algún centro de rehabilitación menos costos que se ajusta a su presupuesto. Las personas desesperadas recurren a estas casas, sin importarles si son o no formales. Lo que ellos desean en ese momento es solucionar el problema que les representa ese familiar caído en drogas.

Es de común conocimiento que la persona drogadicta representa un peligro para la familia y para la sociedad. Ellos se desesperan por conseguir dinero para seguir drogándose, roban las cosas o artefactos de la casa, asaltan y hasta pueden matar fríamente a otra persona, con tal de conseguir dinero para seguir consumiendo drogas.

El problema de fondo no es si el centro de rehabilitación es formal o informal. El problema de fondo es que el presupuesto destinado al programa de salud mental resulta ser insuficiente para atender esta problemática que afecta a una población cada vez más creciente. Seguirán creándose más centros de rehabilitación informales, porque se quiera o no reconocer, en estos momentos resultan ser un paliativo para aquellos familiares que desesperadamente buscan un lugar que albergue a sus enfermos.

Dejen de pelear y de echarse la culpa. Pónganse a trabajar seriamente en esta problemática, involucren a las municipalidades y destinen más presupuestos para crear centros de rehabilitación con profesionales especializados, todo financiado por el Estado y así dejarán de crearse más centros de rehabilitación informales, para seguridad de los propios enfermos y tranquilidad de sus familiares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario