Creo que no me gustaría ser candidata a Alcaldesa, Presidenta Regional, Congresista o Presidenta de la República. Es decir no me gustaría ser candidata a ningún cargo de elección popular, mucho menos ahora que empiezo a comprender cómo funciona en democracia, la dinámica de desprestigios en las próximas elecciones.
Cuando eres candidato o candidata te pones en el “ojo de la tormenta” sobre todo, cuando estás ocupando los primeros lugares en la preferencia electoral. No tardarán en salir tus detractores para iniciar una campaña de demolición en tu contra. Usarán todo cuanto puedan y esté a su alcance para hacerte leña y ver si de esta forma te bajan en las encuestas
Empezarán por averiguar tu vida desde que naciste, quiénes son tus padres, tus hermanos y toda tu parentela. En qué barrio creciste, quiénes eran tus vecinos para entrevistarlos y ver si con sus declaraciones o antiguos recuerdos pueden aportar un poquito más en tu contra. ¡Pobre de ti si uno de tus familiares haya estado involucrado en algo turbio! te harán papilla con esa noticia, con la única intención de bajarte en las preferencias electorales.
Pero si tuviste un traspié en tu vida, o una trampa, ya se encargarán que él o ella declare, enseñe cartas amorosas, correos electrónicos, mensajes de textos o viejas fotografías. Peor aún, si la relación terminó mal dejando resentimientos de por medio, porque tu “ex” se alegrará al ver que ha llegado el momento de tomar la dulce venganza.
Se averiguarán donde vives, con quién estás casado, de qué vives, cuáles son tus negocios, cómo adquiriste tus propiedades, dónde estudian tus hijos y qué tan buen padre de familia eres, si pagas puntualmente la pensión escolar. Buscarán por allí si tienes algún hijo que te has negado a reconocer. Te obligarán a hacerte el ADN o la prueba toxicológica.
¿Y qué me dices de la nueva tecnología? Cuidadito con las grabaciones, los chuponeos telefónicos, los videítos comprometedores, las fotos trucadas. Te recomiendo tener mucho cuidado cuando asistas a alguna reunión y te pidan que te unas al grupo para tomar las fotos del recuerdo con personas que recién acabas de conocer y que probablemente nunca más las vuelvas a ver. Sin embargo, con el tiempo, si a uno de esos invitados le descubren que está ligado a la corrupción, narcotráfico o ¡vaya usted a saber cuántas cosas más!, será el momento oportuno de publicar en grandes titulares esa fotografía que quizás ya no recuerdes, con el ánimo de desacreditarte y bajarte en las encuestas.
Pero si al final, eres tan inmaculado y no tienen de donde agarrarte, entonces… ¡lo inventarán! ¿Acaso no recuerdas esa famosa frase que dice “miente, miente que algo queda”? y de eso, tenemos especialistas que sin haber asistido a la Universidad de Harvard, tienen título de doctorado en mentir, calumniar, crear pruebas y psicosociales.
Ahora que estamos en febrero mes de carnavales, me alegro de ser una simple mortal y jugar los carnavales con agua, talco y serpentina, lejos del carnaval electoral que desde lejos huele mal.
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