Sufrir por amor no es un tema desconocido para mujeres y hombres. En algún momento de nuestra vida hemos sufrido por amor. Conozco mujeres exitosas, empresarias prósperas que vienen destacando profesionalmente, pero que en el lado sentimental no les va tan bien como ellas quisieran.
Mujeres que sufren por amor. Mujeres que no se sienten amadas en la magnitud que ellas desean o lo necesitan. Mujeres que sienten que el hombre amado las hace sufrir, pero que se niegan a terminar con esa relación. Son las mujeres malqueridas.
Mujeres que aman al hombre equivocado y no es que ellos sean malos o las golpeen, nada de eso. Son hombres que también se engancharon en una relación sentimental, muchas veces como jugando y que con el pasar del tiempo, desean terminar la relación porque se les pasó el encanto o se sintieron muy controlados, asfixiados. Quieren acabar la relación, pero las lágrimas y ruegos de este tipo de mujeres, los hacen desistir. Son relaciones de rupturas y amistes. Son relaciones tormentosas.
Generalmente las mujeres malqueridas tienen relaciones sentimentales con personas prohibidas, como hombres casados u hombres que aún amándolas no son muy afectivos, o por lo menos, no en la medida que ellas lo requieren. Viven aferradas a ellos. Los llaman por teléfono varias veces al día. Se ponen nerviosas y lloran si él no llega a la hora, temen que ya no regresen. Tienen frecuentes insomnios y pueden llegar a beber licor y fumar para mitigar su ansiedad o frustración.
Otra característica de las mujeres malqueridas es que les gusta contar sus sufrimientos y quejarse de sus parejas, con sus amigas, vecinas o compañeras de trabajo; pareciera que le satisface que todos la consuelen y sientan pena por ella, quizás porque se vuelven el centro de atención.
Mujeres mal queridas que pueden ser muy activas y decididas en el ámbito laboral o empresarial, pero que aman al hombre que no encaja con ellas, que las quieren mal. Se vuelven como mansas palomas y están decididas a cumplir hasta el más mínimo requerimiento que ellos les hagan, con tal que jamás las dejen.
Una de las razones que explica la actitud de las mujeres malqueridas, es el sufrimiento en su niñez por muchos motivos, como por ejemplo: la separación de los padres o una relación conflictiva entre ellos, la ausencia o indiferencia del padre o padres muy autoritarios que con su actitud, debilitaron su personalidad y autoestima. Padres que trabajaban por muchas horas fuera de casa o viajaban permanentemente. Esa ausencia y carencia de afecto del padre, hace que las mujeres malqueridas, busquen a personas distantes, poco afectivas, y aunque parezca increíble, cuando terminan con esa relación, buscaran iniciar otra, con un hombre que tenga las mismas características que el anterior, porque esos hechos en su niñez las marcaron y moldearon sus sentimientos y conducta.
Se requiere de la intervención de un especialista que les ayude a analizar el rol que ellas tienen dentro de la relación de pareja y cómo ellas mismas generan su propio sufrimiento. El especialista les ayudará también a revertir esta situación, para que ellas mismas generen su propia felicidad. La verdad es que en nuestro país urge políticas públicas con presupuesto orientadas a la priorización de la salud mental de las personas.
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