Hace unos días acaba de juramentar la nueva Junta Directiva de la Red de Regidoras de la Región Huánuco.
Algo que nos ha agradado, a diferencia del periodo anterior, es ver la incursión en política de mujeres jóvenes. Mujeres que le están aportando dinamismo y frescura a la gestión municipal. Gracias a la Ley de Cuotas que obliga a los partidos políticos a incorporar un 30% de género en sus listas, ha hecho posible una mayor participación de las mujeres en las elecciones locales y regionales.
Asimismo la realidad nos demuestra que los problemas de las mujeres regidoras no terminan cuando ganan las elecciones y accede a cargos públicos, sino todo lo contrario, empiezan.
Uno de los problemas de los que muy poco se habla es del acoso político que sufren las regidoras. Es necesario aclarar que el Acoso político se entiende como el acto o conjunto de actos cometido por una persona, por sí o a través de terceros, en contra de una mujer o de su familia, con el propósito de impedir y/o inducir a una acción u omisión, en el cumplimiento de sus funciones, derechos o deberes, mediante actos de presión a través de persecución, hostigamiento o amenazas efectuadas por cualquier medio.
Algunos Alcaldes tratarán de impedir su participación en sesiones de concejo, les recortarán los tiempos de participación, aún cuando esto no esté contemplado en el reglamento interno. Tratarán en lo posible de no registrar sus comentarios u opiniones en el acta de sesiones, les asignarán comisiones de servicio social, educación o deportes, aunque ellas tengan profesionales afines a otras comisiones como las de infraestructura.
Pero no contentos con ello, algunos malos Alcaldes, llevarán a las sesiones de consejo a las portátiles, en su mayoría mujeres pobres que no tienen trabajo y que a cambio de una oferta laboral, ya sea para ellas o algún miembro de su familia, o por un poco más de tarros de leche o por alguna obra en su barrio, accederán a actuar como portátil para acosar a las regidoras con pifias, silbidos e insultos cuando las regidoras estén en uso de la palabra, con el objetivo de acallar sus voces o para amedrentarlas.
Esto es muy lamentable porque son mujeres en contra de mujeres Las portátiles no comprenden que están siendo utilizadas, y si se dan cuenta, pueden más sus carencias materiales y de valores que el manejo transparente de los recursos públicos. Las regidoras pueden estar demostrando honestidad o su lucha contra actos de corrupción, defendiendo los intereses de las mujeres más vulnerables; pero les causa desazón observar que sus luchas no son valoradas porque más puede quien ostenta el poder político y económico y se da el gusto de manipular a las personas para que le quiten de en medio a las regidoras a quienes las consideran como las “piedras en el zapato”.
De allí que parte la necesidad para revertir esta situación que las regidoras se capaciten permanentemente, se asesoren con profesionales que no les jueguen sucio a mitad de camino, conservar el soporte social que lo dan sus electores y recurrir a instituciones que administran justicia cuando sientan sus derechos vulnerados.
La Red de regidoras de la Región Huánuco es un importante espacio donde ellas podrán capacitarse, compartir experiencias, asesorarse y estar siempre unidas, especialmente cuando haya necesidad de defenderse y de realizar denuncias. Mis felicitaciones a todas ellas.
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