LOS ATAQUES POLITICOS HACEN MELLA

Hace algún tiempo escribí un artículo donde mencionaba la guerra sucia que habían empezado algunos candidatos al Congreso. En un inicio era algo simpático para quienes escuchábamos los “dimes y diretes”. Teníamos insumos para hacer comentarios y matizar nuestras conversaciones.

Por otro lado los candidatos se daban cuenta que eso les daba rating, que concitaban la atención de la población. Todo valía, como el de hacerse el análisis del cabello para saber si eran o no drogadictos, a veces en una forma muy teatral como dejarse cortar el cabello por un periodista, cuando el candidato estaba sentado en su camioneta, hasta sacar el certificado negativo en medio de un debate.

Sacaron también las facturas de los whiskies que se habían comprado durante el gobierno del candidato que va a la reelección, hasta los piscos y vinos con etiquetas personalizadas que llevan la foto del actual Presidente, quizás para seguir aumentando, no su peso, sino su enorme ego.

Tampoco pasó por alto las campañas financiadas supuestamente por el narcotráfico. Se quiso perjudicar a un candidato argumentando su vinculación con el narcotráfico de los hermanos Sánchez Paredes y sin embargo, esta noticia tuvo efectos perjudiciales, no para ese candidato sino para el propio Presidente de la República, a quien no le quedó más remedio que reconocer que había recibido de esa familia, la simbólica suma de $ 5000 y que en un gesto histriónico dijo desconocer esa donación y que se lo devolvería ¡Qué vergüenza y qué descaro! Ahora queda más clara esa fracesita de “La plata viene sola”.

Pero esto no podía quedar así. Luego salió la alcaldesa de Lima y dijo que iba a dar a conocer próximamente un informe de la gestión de Castañeda y el asunto de Comunicore. Concitaron la atención de medios de comunicación y público en general quienes esperaban ansiosos el día de la presentación del informe. Igualmente informó de irregularidades, de obras sobrevaluadas y demás. Más fueron los ruidos que las nueces y lo hizo a sabiendas que era un momento clave para seguir bajando al candidato del sol.

También le tocó el turno al candidato de la olla. Sacaron nuevamente los refritos que ya no impactaban, contratos millonarios de su esposa junto con sus ingresos no declarados. Este candidato no era muy interesante para atacar y seguir sacando pruebas porque hasta hace poco estaba por debajo del 10%. Pero como en política nada está escrito, los ataques de los candidatos que estaban en los primeros puestos, hicieron que la población, cansada de tantos ataques, pusieran los ojos en el hombre de la olla, quien a estas alturas amenaza con seguir subiendo. Esto los ha obligado a cambiar de estrategias y algunos de ellos ya no visitarán Huánuco sino todos sus esfuerzos se concentrarán en Lima donde está un bolsón muy significativo de votos.

Pero el candidato que se ha ganado las simpatías, es el único que no es peruano, que se expresa en un lenguaje sencillo y que dice que “él si sabe cómo hacerlo”. Empezó a subir en las encuestas cuando el candidato de la chacana lo comenzó a atacar de que tenía doble nacionalidad y que eso era un gran peligro. El golpe bajo que no gustó a nadie fue cuando le dijeron que tenía “alzhéimer”. También se le cuestionó porqué ahora se dice que no es peruano, cuando hasta hace poco se le reconoció el mérito de haber llevado muy bien la economía de nuestro país. Todo esto hizo que el candidato de la chacana siguiera bajando.

Pero un hecho anecdótico que lo subió al candidato de la gran alianza, fue cuando una mujer del Callao le cogió los genitales. No sé cuál fue la razón y por qué lo hizo, pero indudablemente desde allí comenzó a subir en las encuestas. ¡Cuántos candidatos quisieran que haya más mujeres del Callao que les hagan lo mismo!

Y la candidata de la “K” nadie la toca ¿Por qué será? Algún día lo sabremos. A estas alturas los candidatos están diseñando nuevas estrategias, ya no hay más tiempo que perder y ha prometido no seguir jugando a los ataques. Qué bueno, porque ya estamos cansados de escuchar de golpes bajos, queremos más propuestas y más comportamientos éticos.