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¿A QUIÉN PRETENDEMOS ENGAÑAR?


El que uno de los candidatos haya despuntado en las encuestas en los últimos días, ha puesto de vuelta y media a los grandes sectores de poder económico y político del país.

Empezaron con campañas de psicosociales que me hizo recordar tiempos atrás, donde un chinito presidente nos tenía tan acostumbrados con el apoyo incondicional de su asesor maquiavélico. Actualmente la idea es crear pánico en la población para que no apoyen a ese candidato que se dice nacionalista.

Los precios de los minerales son fluctuantes y los ingresos más importantes de nuestro país se realizan por la exportación de minerales y está en relación directa con la fluctuación del dólar. Por unos días el dólar tuvo una pequeña alza, presumo que fue por algunas movidas en el Banco Central de Reserva. Actores principales salieron a opinar que esta alza se debía a que el candidato de la olla estaba subiendo en las encuestas y que eso ahuyentaría a los inversionistas.

¿A quiénes les interesa crear estas cortinas de humo? ¿A quiénes les interesa crear una atmósfera de miedo frente a ese candidato?

La verdad que lo único que yo sé es que cualquiera que salga elegido Presidente de la República, yo tendré que seguir trabajando igual como lo he venido haciendo durante muchos años. Miles de trabajadores se seguirán levantando muy temprano todas las mañanas, tomar apresuradamente su desayuno y salir raudos a trabajar. Los que tienen mejor suerte, irán a sus centros de trabajo, pero la gran mayoría saldrán a trabajar sin un sol en el bolsillo, a ofrecer sus servicios o vender en forma ambulatoria algún producto para poder ganarse unos cuantos soles que llevar a su familia.

Qué les puede interesar quien va a ser el próximo Presidente de la República a aquellas mujeres pobres que tienen que salir a vender sus golosinas, caminando calles de calles con sus hijos a cuestas, con la inseguridad que les invade no sólo por el desorden en el tráfico, sino porque pueden ser atropellados, con el riesgo de que sus menores hijos puedan ser raptados, violados y asesinados, mientras ellas se distrajeron un momento para realizar una venta que le genere ingresos para tener dinero y poderlos alimentar.

Un día conversando con una madre de familia que se gana la vida lavando la ropa de otras personas, de casa en casa, le pregunté por quién iba a votar para Presidente. Ella me dijo que no lo sabía y que cualquiera que gane la Presidencia le daba igual, porque ella seguiría trabajando todos los días lavando la ropa para que pueda llevar un pan a sus hijos y que lo único que hacía, era pedir a Dios que le diera buena salud para poder trabajar todos los días y ganarse un dinerito para alimentar a sus hijos.

Y este es el punto a donde quería llegar. Cuando el actual Presidente dice que estamos bien económicamente y que falta muy poco para dejar de ser un país tercermundista, me pregunto ¿A quién se pretende engañar? Quizás está pensando en los grandes grupos económicos que se han visto siempre beneficiados. Si miramos a nuestro alrededor, las grandes mayorías no saborean esta mejora económica, las grandes mayorías siguen percibiendo que los gobiernos se acuerdan de ellos sólo cuando están en campaña, pero que luego de llegar al poder se olvidan de ellos.

Recuerdo mucho cuando el actual Presidente de la República dijo muy orondo que él no podía hacer que un candidato gane la Presidencia, pero él si podía impedir que alguien la gane. No es casualidad estos psicosociales. No es casualidad estas cortinas de humo. Lo lamentable es que con esas expresiones nos confirma que las elecciones no necesariamente son transparentes y que pueden ser manipuladas de acuerdo al son que le toque la música de los grupos que representan los grandes intereses.

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